Volvemos a disfrutar de un análisis exhaustivo por parte del ruso loco de las armas. Si la última vez fue un colosal cañón de artillería, ahora nuestro peligroso amigo de la Madre Patria tiene un nuevo juguete: un auténtico lanzallamas que pone a prueba ante la cámara friendo con él una pequeña estructura de madera y un cerdo empalado. El momento emocionante y algo tenso viene, eso sí, cuando se prende el cañón del cacharro y uno teme ver al pobre ruso volando en mil pedazos de un momento a otro.
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